ISRAEL / PALESTINA | Las fuerzas de seguridad israelíes interrumpen el programa ‘Buenos días, Jerusalén’
Reporteros Sin Fronteras expresa su indignación por la arbitraria e ilegal incursión de la policía israelí, el pasado 6 de junio, en Palmedia, centro de prensa de la Autoridad Palestina en Jerusalén Este.
El centro de medios incluye una oficina de Palestine TV y los estudios del popular programa semanal ‘Buenos días, Jerusalén’, que se estaba emitiendo en vivo cuando se llevó a cabo la redada.
El productor del espacio, Nader Beibars, y el camarógrafo de Palmedia Ashraf Al-Showeiki fueron detenidos durante la redada, interrogados y puestos en libertad después de 90 minutos.
«Esta incursión y el bloqueo de la emisión se añaden a la larga lista de violaciones de los derechos a la difusión de noticias palestinas por parte de las fuerzas de seguridad israelíes, con amenazas interminables, detenciones y operaciones militares», apunta Reporteros Sin Fronteras.
«Las autoridades israelíes siguen persiguiendo a los medios de comunicación y periodistas palestinos», señala la organización. «Tras apoderarse de los equipos de transmisión de Al-Wattan TV en 2012, los militares amenazan con una nueva incursión basándose en que obtuvo su nueva frecuencia de manera ilegal».
La redada del 6 de junio interrumpió la emisión de ‘Buenos días, Jerusalén’. El presentador, May Abu Assab dijo que fue amenazado y obligado a detener el programa, en el que estaba hablando de la huelga de hambre que un centenar de palestinos detenidos por motivos administrativos iniciaron el 24 de abril para exigir su liberación.
Sin embargo, un portavoz de la policía israelí negó que la emisión fuese interrumpida. «No se interrumpió ningún programa, y la investigación sigue su curso», declaró.
Luba Samri, portavoz de Palmedia, dijo a la agencia France-Presse que «la policía llevó a cabo registros en la sede del canal de televisión como parte de una investigación sobre el contenido de sus programas».
La policía israelí explicó que la televisión palestina no tenía los permisos de radiodifusión requeridos, mientras que la radio pública israelí afirmó que la policía israelí sospecha de que la emisora incita a la violencia y al terrorismo.
El ataque ocurrió en un tenso contexto tras las manifestaciones en las ciudades palestinas para conmemorar el «Naksa», la derrota de los palestinos por parte de los israelíes en la Guerra de los Seis Días, en 1967.
