ISRAEL | Una propuesta de ley pretende castigar con diez años de prisión grabar a soldados israelíes

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Reporteros Sin Fronteras pide al parlamento israelí que rechace la propuesta de ley que pretende criminalizar la filmación o grabación de soldados israelíes en el ejercicio de sus funciones, así como prohibir también la publicación del resultado de esos videos o audios en redes sociales o medios de comunicación. La propuesta de ley viola el derecho a la información, asegura RSF.

El nuevo texto legal propuesto condena con cinco años de cárcel “dañar la moral de los soldados israelíes” y diez años de prisión por “dañar la seguridad del Estado”.

“¿En base a qué se va a determinar el intento de minar la moral o la seguridad del Estado?”, se pregunta RSF. “En un país donde gran parte de la clase política nacional acusa a medios y ONG de antipatriotismo o tradición ¿no resulta peligroso que un texto legal como éste impida la difusión de contenidos por temor a que no sean considerados lo suficientemente halagüeños? Urgimos a los parlamentarios a no aprobar esta ley, que tendría repercusiones para los periodistas, que pasarían a difundir contenidos creados por el ejército israelí o videos de propaganda simplemente para evitar ir a prisión” advierte RSF.

La ley, propuesta hace varios meses por el partido Yisrael Beitenu, modificaría el artículo 2 del código penal sobre “traición” y en partícular el párrafo 103 sobre “propaganda derrotista”.

El ministro Tzachi Hanegbi ha reconocido que la propuesta de ley puede mermar la libertad de expresión y ha sugerido que sólo se aplique a la “obstrucción de un soldado en el ejercicio de su profesión”, además ha sugerido también la limitación de la pena a tres años de cárcel.

Para justificar la propuesta de ley, sus autores señalan a la existencia de grupos “apoyados por asociaciones, organizaciones y gobiernos claramente antisraelíes“ que gastan “días enteros próximos a soldados israelíes esperando alguna acción que puedan documentar para difamarles”.

La ley llega incluso a nombrar a estos grupos, como B’Tselem, MachsomWatch y Breaking the Silence, y se refiere a otros que apoyan la campaña internacional “Boycott, Divestment and Sanctions”.

En 2016, un video de un periodista ciudadano que lleva una cámara para B’Tselem ayudó a pobar que el soldado israelí Elor Azaria disparó a un palestino en la cabeza cuando permanecía herido en el suelo. En abril de este año, cuando Israel usó la fuerza contra los residentes de Gaza, que se manifestaban cerca de la frontera, matando al menos a 132 personas, de nuevo dos videos de soldados israelíes causaron controversia.

El primero mostraba a un francotirador israelí disparando a un residente de Gaza. El ministro de defensa dijo entonces que el soldado se había comportado de manera adecuada, no así aquellos que lo habían filmado. En el otro video se mostraba a miembros del grupo Boycott from Within increpando a soldados israelíes preguntándoles “¿están contentos vuestros padres cuando volveis a casa después de haber matado a civiles? Habéis matado a 21 civiles inocentes en la organización del terror de la que formáis parte”.

La idea de restringir la libertad de expresión de los medios de comunicación israelíes que se consideren hostiles y se considere que suponen una amenaza para la seguridad nacional no es nueva.

El ministro de comunicación ya cargó contra Social TV el pasado mes de septiembre: “La libertad de expresión y las leyes básicas son buenas para los ciudadanos de Israel que aceptan la ley, respetan la ley y se preocupan por el futuro y la seguridad de Israel. Pero cuando hablamos de organizaciones que buscan dañar el futuro y la seguridad de Israel no podemos ser tan inocentes y es importante pararlos”. El ministro describió también al portavoz de Breaking the Silence como una “mentiroso que difama internacionalmente al Estado de Israel”.

Mientras, periodistas y ONG que se saben blanco de esta propuesta de ley no retroceden. “Si el gobierno está avergonzado por la ocupación, debería trabajar para acabar con ella. En cualquier caso, los contenidos sobre la vida ocupada continuarán”, advierte B’Tselem. El 17 de junio, el reportero y columnista israelí Gideon Levy escribió en el periódico Haaretz: “Violaremos esta ley con orgullo. No dejaremos de publicar contenidos. no dejaremos de escribir”. Añadió que esperaba que los testigos palestinos pudieran continuar haciendo lo mismo, pese a que pagan un precio más alto que los israelíes.

Reporteros Sin Fronteras pidió en mayo la Corte Penal Internacional que investigara los disparos directos del ejército israelí a 20 periodistas palestinos durante la protestadas en Gaza.

Israel ocupa el puesto 87 de los 180 países que conforman la actual Clasificación mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros Sin fronteras.

Consulta más información sobre Israel en el Informe Anual elaborado por RSF-España.