KIRGUISTÁN | Los medios, víctimas colaterales de los recientes enfrentamientos
Las tensiones están siempre al rojo vivo en Kirguizistán; después de algunas semanas del derrocamiento de Bakiev, se espera un referéndum para una nueva Constitución que debería tener lugar el 27 de junio.
Reporteros sin Fronteras denuncia las repercusiones sobre los medios locales de lo que parece una revolución sin objetivo alguno. Si las dificultades de las comunicaciones telefónicas y el uso de Internet fuesen reconocidas, varias televisiones locales habrían sido obligadas a cesar su programación. Según el sitio web fergana.akipress.org, el alcalde de Och, la capital del sur, habría tomado la decisión de interrumpir el programa de Och TV, Mezon TV, Pyramidy y DDD. Los medios nacionales no habrían sufrido de ninguna alteración.
En la noche del 10 de junio 2010, violentos disturbios estallaron en Och entre jóvenes kirguizos y uzbekos. Revueltas masivas continuaron esa misma noche seguidas de algunos incendios. Algunos testigos afirman que multitudes exaltadas marcharon por la ciudad, palos en mano, dispuestas a destrozar tiendas y oficinas de correo. Los intercambios nocturnos de disparos causaron graves daños. De acuerdo con ferghana.ru, «se trata de una multitud incontrolable, cuyos motivos no están claros». En la jornada del 11 de junio, los acontecimientos parecen haberse calmado en el centro de la ciudad, pero siguen en los suburbios. El saldo de estos enfrentamientos hasta hoy es de 26 muertos.
El nuevo gobierno ha decidido declarar estado de emergencia en la ciudad de Och hasta el próximo 20 de junio, introduciendo paralelamente un toque de queda. El ejército fue desplegado y todo acceso a la ciudad fue bloqueado por las tropas del Ministerio del Interior, mientras que otras ciudades del sur estarán también en alerta.
Es posible que el origen de los problemas esté causado por diferencias étnicas, pero aún no se ha constatado que ésta sea la razón real. El problema étnico es el más sensible del país, ya que casi un millón de uzbekos serán reubicados -la población total es de 5.431.000 de habitantes, según datos de 2009-. El nuevo texto constitucional no da pie alguno a la lengua uzbeka; las autoridades parecen querer ignorar esta fuerte presencia en territorio nacional.