La larga sombra de Erdogán
[Publicado en El Periódico de Aragón el 6 de septiembre de 2017]
El próximo 11 de septiembre podría ser el día en que el periodista turco, Hamza Yalçin, sea extraditado desde España a Estambul, si las autoridades españolas acatan la petición de Ankara. Acusado de “insultar al presidente Erdogán” y de “vínculos con el terrorismo” Yalçin podría enfrentarse a penas de prisión de decenas de años, como tantos periodistas encarcelados en el país euroasiático sin tener garantizada la independencia judicial ni quizá la propia seguridad. No sería el primer periodista asesinado, incluso en la misma Estambul, como Hrant Dint lo fue en el populoso barrio de Osmanbey en 2007 o la más reciente y sospechosa muerte, nunca aclarada, de la periodista británica Jacquelin Suttton, “autoahorcada” en el aeropuerto Ataturk.
El periodismo se ha convertido en una de las mayores víctimas de la intentona golpista del 15 de julio de 2016 en Turquía. Las autoridades lanzaron una campaña de represión contra medios y periodistas esgrimiendo la ley antiterrorista y los decretos dictados bajo el estado de emergencia, que legalizan la arbitrariedad y la censura. Las cifras hablan por sí solas: 160 medios cerrados, 775 carnets de prensa anulados, cientos de pasaportes de informadores retirados, 2.500 despedidos y más de 150 periodistas presos (las cifras fluctúan, porque muchos periodistas han huido, pero desde julio de 2016 se han dictado decenas de órdenes de arresto contra periodistas). Es decir, que en Turquía ejercer el periodismo en libertad es tarea harto difícil por no decir imposible y el único camino que les queda a los profesionales de la información es el del exilio a cualquier país en donde se respete la libertad de expresión. O así lo creíamos hasta hace poco. Pero la mano del “sultán” Erdogan es tan alargada como para llegar desde el Bósforo hasta el aeropuerto del Prat de Barcelona.
Hamza Yaçin fue detenido el pasado 3 de agosto en el aeropuerto de la capital catalana a petición de Turquía cuando iba embarcar con destino a Londres. La Audiencia Nacional decretó prisión “por existir riesgo de fuga al carecer de arraigo en España” y desde entonces contempla entre rejas el paisaje que se otea desde la cárcel de Can Brians de Barcelona, claro que siempre en mejores condiciones de la cárcel que presumiblemente le espera en su país si el Gobierno español concede la extradición que presuntamente va a pedir Turquía.
Tan polémica y escandalosa como la detención de Yaçin en Barcelona lo fue la del escritor turco-alemán Dogan Akhanli, con la diferencia de que este último ha tenido mejor suerte en la Audiencia Nacional que su compatriota, el periodista turco-sueco Yalçin, al decretarle la misma Audiencia Nacional libertad provisional con retirada de pasaporte y obligación de fijar su residencia en Madrid. Los criterios de los jueces Andreu y Moreno, está claro que obedecen a distintas interpretaciones de casos idénticos. Ambos están sujetos a que Turquía solicite la extradición dentro de un plazo de 40 días -según estipula el Convenio Europeo de Extradición- que finaliza el próximo 11 de septiembre.
Al margen de la denuncia de malos tratos que Yalçin asegura haber sufrido en Can Brians es difícil comprender cómo el Gobierno español permite la detención y encarcelamiento de un ciudadano con nacionalidad sueca cuando de mediar sospechas fundamentadas de actividades terroristas lo lógico hubiera sido remitirlo a Suecia para ser allí investigado y, en caso afirmativo, encarcelado. En palabras del propio Yalçin, “Erdogan es conocido mundialmente por su intolerancia extrema contra la prensa independiente y crítica con él. Me sorprendió que España ayudara a Turquía en este asunto”. La presidenta en funciones de la Sección española de Reporteros Sin Fronteras, Macu de la Cruz, expresa el apoyo total de nuestra organización tanto a Yalçin como a Akhanli al decir “en este sentido, lo último que quisiéramos es ver a España ejerciendo, directa o indirectamente, de carcelero de Erdogán”.
María Dolores Masana Argüelles
Ex presidenta y miembro de la Junta directiva de Reporteros Sin Fronteras