¿Los medios no importan? RSF, junto a 44 organizaciones y medios de comunicación ucranianos e internacionales denuncian un punto ciego en la Conferencia sobre la Reconstrucción de Ucrania en Roma

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En vísperas de la cuarta edición de la Conferencia sobre la Reconstrucción de Ucrania (URC), que se celebrará en Roma los días 10 y 11 de julio, Reporteros Sin Fronteras (RSF), junto a 44 organizaciones en defensa de la libertad de prensa y medios ucranianos e internacionales, expresan su preocupación y decepción por la decisión de los organizadores de la URC de no incluir, una vez más, la reactivación de los medios de comunicación ucranianos en el programa principal. RSF considera que el papel de un panorama mediático libre, independiente y resiliente en la reconstrucción de Ucrania no puede dejarse de lado.

“Mientras que los medios ucranianos están en primera línea de defensa de la democracia, informando a diario sobre la guerra librada por Rusia y denunciando la corrupción en los círculos económicos y políticos, su papel permanece a menudo demasiado ignorado y es inaceptable que no tengan cabida en una cumbre sobre la reconstrucción de Ucrania. Tanto las autoridades ucranianas como las europeas deben reconocer que los medios deben estar en el centro de cualquier debate sobre la reactivación económica del país. ¡No pueden seguir siendo marginados! RSF, junto con más de 40 medios y organizaciones ucranianas e internacionales, denuncia la constante exclusión de esta cuestión fundamental”.

Thibaut Bruttin | Director general de RSF

 

Durante los últimos cuatro años, la reactivación del sector mediático ucraniano nunca ha sido un tema central de los debates de la URC. Tras meses de intensos y continuos esfuerzos de incidencia en este ámbito, y a pesar de una propuesta de mesa redonda dedicada a esta cuestión presentada hace varios meses por RSF y su socio ucraniano, el  Institute of Mass Information (IMI), este tema sigue siendo ignorado.

La ausencia de una sesión dedicada a los medios ucranianos en el programa central no solo envía un mensaje profundamente preocupante, es una vergüenza. Aunque se ha añadido un evento paralelo al programa con menos de cuatro días de antelación, los retos a los que se enfrentan los medios merecen algo más que un simple debate organizado al margen del mayor evento internacional dedicado a la reconstrucción de Ucrania.

El país se enfrenta a una guerra de información a gran escala, al tiempo que sufre los daños materiales causados por la guerra librada por Rusia. La protección de la libertad de prensa, el apoyo a la viabilidad a largo plazo de los medios y la reconstrucción de las infraestructuras mediáticas deben ocupar un lugar central en cualquier estrategia de recuperación que pretenda ser seria. No se puede ignorar el papel esencial que desempeñan los medios y el periodismo ucranianos en la promoción de la transparencia, la gobernanza democrática, la responsabilidad pública y la cohesión social, valores indispensables para cualquier esfuerzo de recuperación y reconstrucción sostenibles. Sin una atención especial a estas cuestiones, los objetivos más amplios de regeneración democrática y desarrollo económico seguirán incompletos y estarán en peligro.

Los periodistas independientes y los profesionales de los medios ucranianos siguen trabajando en condiciones extremas:

  • Amenazas diarias a su seguridad por los bombardeos rusos y los ataques selectivos.
  • Presiones políticas y riesgo de censura.
  • Colapso del modelo económico, con un desplome de los ingresos publicitarios desde 2022.

A pesar de estas dificultades, se mantienen en primera línea para documentar la reconstrucción, denunciar la corrupción, luchar contra la desinformación e informar al público en pleno conflicto.

Según datos del IMI, al menos 332 medios ucranianos han suspendido sus actividades desde el 24 de febrero de 2022, principalmente por razones financieras. La situación se deterioró aún más en 2025 con el anuncio del cese de las ayudas a los medios por parte de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), lo que puso al sector aún más en peligro.

Si bien los medios ucranianos siguen demostrando resiliencia, profesionalidad y determinación, esta entrega no es suficiente. Se necesita urgentemente un apoyo internacional duradero y a largo plazo, y éste es perfectamente posible. Es hora de que la Conferencia sobre la Reconstrucción de Ucrania —y sus organizadores, en este caso las autoridades ucranianas e italianas, así como la comunidad internacional en general— reconozcan una sencilla verdad: los medios deben ser parte integrante del debate sobre la reconstrucción. No deben ser relegados, ni situarse al margen, sino en el centro.