Ayer, 15 de febrero de 2013, Estados Unidos felicitó a Francia por su intervención «exitosa» en Malí. Una intervención también exitosa, por desgracia, en el ámbito de la comunicación, lamenta Reporteros Sin Fronteras.
Su Secretario General, Chirstophe Deloire, recuerda que la «operación cero imágenes» también se ha desarrollado de forma exitosa por parte de las autoridades francesas que, en colaboración con las malienses, han controlado estrictamente el acceso a la información. «Lo sucedido en Mali atenta gravemente a la libertad de prensa bajo la excusa de una supuesta necesidad de seguridad. Entender los argumentos del ejército francés sobre prevenir secuestros y ataques a periodistas, no impide exigir al Ministerio de Defensa francés su responsabilidad en la defensa de los valores democráticos, que debería facilitar el acceso directo a los medios de comunicación en lugar de mantenerlos a distancia, como ha hecho hasta ahora», afirma Deloire.
Desde el comienzo de las operaciones militares en las últimas semanas, los periodistas fueron alejados de las zonas de combate, y se les mantuvo sin poder observar directamente los hechos y recabar información. Los medios de comunicación fueron impedidos de escoger por sí mismos la forma de cubrir la guerra. Los periodistas locales e internacionales expresaron su legítima frustración por depender de la información proporcionada por los servicios de prensa de los Ministerios de Asuntos Exteriores y de Defensa. Sin fotografías del frente, las imágenes de la vida militar en Bamako eran las únicas que permitían ilustrar las informaciones.
Casi una semana después del inicio de la intervención francesa, algunos periodistas pudieron finalmente acompañar a las tropas francesas. Reporteros Sin Fronteras manifestó entonces su satisfacción, aunque recordó que esta forma de cubrir los conflictos no debería ser la única. Posteriormente, varios periodistas expresaron su sorpresa por la decisión de las autoridades militares francesas de negarse a admitir entre sus tropas a periodistas de las cadenas públicas francesas.
Los obstáculos para ejercer el periodismo continuaron, a pesar de que la prensa fue autorizada a entrar a las ciudades liberadas, previo paso de las tropas francesas. Dirigidos por oficiales de prensa, los periodistas acompañaron a los convoyes militares. Varios enviados especiales relataron entonces visitas cronometradas en zonas comparadas a estudios de cine o parques de atracciones. Un periódico francés relató la «gran crispación de las autoridades francesas con los periodistas y los medios occidentales en general» (María Malagardis, Libération, 22 de enero de 2013).
Malí ha caído este año 74 puestos en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada por Reporteros Sin Fronteras, la mayor caída de esta edición con respecto a la del año anterior, y ocupa ahora el lugar 99, de los 179 países que la conforman. Los abusos sufridos por las radios comunitarias del norte, las violaciones a la libertad de información en Bamako y al sur del país tras el golpe de estado del 22 de marzo lo justifican.