MARRUECOS | Una justicia instrumentalizada
El 1 de julio de 2010, el tribunal de Casablanca ha hecho pública la sentencia del caso que enfrentaba al periodista Ali Amar con su antigua colaboradora Sophie Goldryng.
El periodista ha sido condenado a:
- Tres meses de cárcel con el cumplimiento en suspenso,
- Pagar 40.000 dirhams (3.628 euros) en concepto de daños y perjuicios a la querellante, Sophie Goldryng,
- 500 dirhams (45 euros) de multa,
- Restituir la totalidad del material afectado por la denuncia, entre el que se encuentra el talonario de cheques de la sociedad Graphic Factory, de la que Amar es el único gestor
A la salida del tribunal, el periodista manifestó que piensa apelar.
«Con una sentencia así la justicia marroquí demuestra que no es en absoluto independiente. Desde el comienzo, este caso ha recibido un tratamiento particular debido a la personalidad de Alí Amar, conocido por su postura crítica con el régimen. Es una sentencia sobre todo política. El poder marroquí ha utilizado un asunto privado para arreglar sus cuentas con un periodista molesto», ha declarado Jean-François Julliard, Secretario general de Reporteros sin Fronteras.
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