| Las investigaciones por la desaparición del periodista Moisés Sánchez Cerezo se estancan
21.01.2015 19:59
Reporteros Sin Fronteras expresa su gran preocupación por la falta de coordinación y de resultados de las investigaciones emprendidas por la desaparición de Moisés Sánchez Cerezo, director del diario La Unión de Medellín, secuestrado por un grupo armado el 2 de enero de 2015.
Casi tres semanas después del secuestro de Sánchez Cerezo todavía se desconoce su paradero, la identidad de sus raptores y el motivo de su secuestro. Las autoridades del estado de Veracruz tardaron en iniciar las operaciones de búsqueda entre cuatro y cinco horas tras la desaparición del periodista, pese a que se les había informado del secuestro 40 minutos después ocurrido. Un tiempo cuestionable, según RSF.
La organización expresa su preocupación por la falta de cooperación entre la Procuraduría General del Estado y la Fiscalía Federal de Atención a Delitos contra la Libertad de Expresión. «Exhortamos a las autoridades a trabajar en armonía para que se haga todo lo posible para encontrar al periodista sano y salvo. Esto implica indagar más si el crimen estuvo relacionado con su profesión periodística y si el crimen organizado pudo estar detrás de su desaparición, quizás en colaboración con las autoridades locales», afirma Claire San Filippo, responsable del Despacho Américas de RSF.
Según familiares del periodista que presenciaron el secuestro el 2 de enero, cuatro automóviles con seis individuos vestidos de civil, armados con metralletas estacionaron frente a la casa de Moisés Sánchez Cerezo hacia las 19:30 horas. Tres de ellos entraron a la casa y se llevaron al periodista.
La familia presentó una denuncia por su desaparición y la Comisión de Atención a Periodista de Veracruz ha ofrecido medidas de seguridad a la familia del periodista. Reporteros Sin Fronteras pide a las autoridades que refuercen estas medidas.
“Sabemos que esto fue por su trabajo periodístico, porque se lo llevaron con su equipo y no se llevaron dinero ni nada”, afirma Jorge Sánchez, hijo del periodista, contactado por Reporteros Sin Fronteras. Al inicio, las autoridades del estado de Veracruz no relacionaron los hechos con el ejercicio de la profesión periodística alegando que Sánchez Cerezo era taxista (Moisés, también trabajaba conduciendo un taxi) y que “sólo hacía publicaciones en las redes sociales». Su familia informó a Reporteros Sin Fronteras que, como su blog había sido bloqueado al menos tres veces antes, el periodista prefería usar Facebook como medio de información. En sus textos Moisés Sánchez Cerezo denunciaba la situación de inseguridad en el municipio de Medellín de Bravo, difundía información sobre el crimen organizado y protestaba por la falta de atención de las autoridades municipales, en particular del alcalde Omar Cruz Reyes. Días antes de su desaparición, un allegado informó a Moisés Sánchez Cerezo que al alcalde de Medellín le habían incomodado las notas que publicaba y que éste dijo que «le iba a dar un susto”.
Teniendo en cuenta los textos publicados por el periodista, deben considerarse otras pistas en las investigaciones, como la del crimen organizado. Moisés Sánchez Cerezo también era activista, formaba parte del Comité de Seguridad Medellín de Bravo y participó en la marcha de ciudadanos para protestar por la violencia y llamar la atención del alcalde en ese sentido.
El estado de Veracruz, uno de los más peligrosos del país para los periodistas, registra una tasa de criminalidad alarmante debido a que en él confluyen diversos grupos del crimen organizado. Desde el año 2010 cuatro periodistas han desaparecido y otros diez han sido asesinados, entre ellos Gregorio Jiménez de la Cruz, cuyo cuerpo fue encontrado seis días después de que fuera secuestrado, en febrero de 2014. Este caso pone de manifiesto cómo la falta de coordinación entre les autoridades locales y las federales perjudica a menudo el buen funcionamiento de la justicia. Algunos profesionales de los medios de comunicación han aseguran ser vigilados, hostigados y amenazados por difundir información en redes sociales sobre la inseguridad. Las autoridades locales intentan ocultar la realidad de la violencia.
México se encuentra en el lugar 152, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras.