El fotógrafo Brandon Daniel Bazán, colaborador de la revista Café MX y el fotógrafo rumano Mircea Topoleanu, están detenidos desde la jornada de investidara del nuevo Presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, el 1 de diciembre de 2012. Entre las más de 80 personas deteniddas, una veintena resultó herida de gravedad.
La hermana de Topoleanu ha explicado a Reporteros Sin Fronteras que su hermano había sido trasladado ayer, 3 de diciembre, al Reclusorio Norte. «Hasta ahora no ha tenido acceso a un abogado particular [lo presionaron para tener uno de oficio]. Esperamos que la situación cambie hoy”, explica Ana Topoleanu, residente también en México. Por su parte, Brandon Daniel Bazán está acusado del delito de “alteración de la paz pública”, lo que implica pena de prisión.
Reporteros Sin Fronteras hace un llamamiento a la puesta en libertad de estos dos fotógrafos independientes, que solamente han ejercido su profesión en medio de una situación de gran tensión política, ligada directamente a la controversia electoral del 1 de julio pasado. El hecho de que no hayan tenido acceso a un abogado particular constituye una violación de los derechos constitucionales que justificaría la anulación de un proceso tan absurdo sobre el fondo”, afirma la organización.
Las movilizaciones de protesta comenzaron a las cinco de la mañana, en torno a las instalaciones del Congreso de la Unión, en San Lázaro, donde estaba prevista la ceremonia de investidura. Los manifestantes prosiguieron por las calles del centro histórico, cerca del Zócalo, lugar donde se registraron múltiples enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden. “Cuando me encontraba tomando fotos en las inmediaciones del Congreso en San Lázaro, escuché el lanzamiento de una lata de gas lacrimógeno a mis espaldas, del lado de la policía federal; volteo a mirar, fue entonces que una esquirla se impactó en mi pómulo izquierdo, cerca del ojo. En ese momento fui atendida por los activistas, hasta que llegó la ambulancia y después continué mi trabajo”, ha relatado Quetzallí González, fotógrafa del diario Excélsior.
En el mismo lugar, tres fotógrafos del diario Milenio sufrieron violentas agresiones: Ana Cecilia Méndez, golpeada en la cabeza con una lata de gas lacrimógeno, Alejandro González y Martín Salas. A Bernardo Montoya, fotógrafo de la agencia Reuters, le quitaron su motocicleta y la incendiaron en la vía pública.
A la lista de agresiones contra periodistas –a menudo atribuidas a la policía– se suman las sufridas por Christopher Rogel, del diario El Universal; Óscar Balderas, de la revista ADN Político; París Martínez, de la revista Animal Político; Alejandro Pacheco, periodista independiente que colabora con radios comunitarias; Pedro Anza, de la Agencia Cuartoscuro, y Osvaldo Muller, cámara del canal Efekto TV. Finalmente, los edificios de algunos medios de comunicación fueron blanco de actos de vandalismo. El acceso a las instalaciones de los diarios Excélsior y El Universal fue pintado con grafitis. Un grupo de manifestantes destrozó las puertas de acceso de Efekto TV.