AFGANISTÁN | «Sin libertad ni seguridad para la prensa, la paz es imposible»
Personalidades afganas buscan la liberación de rehenes
A medida que el país se embarca en un largo proceso de paz, altos funcionarios afganos han tomado partido a favor de la liberación de los periodistas secuestrados en Afganistán y por un mejor respeto de la libertad y la seguridad de los reporteros.
El presidente del Senado y presidente de la Comisión por la consolidación de la paz, Sibghatullah Mojaddedi, el ministro de Información y Cultura, Makhdom Raheen, el portavoz del Consejo de Ulemas, Fazel Ahamad Manawi, y las asociaciones afganas de periodistas, hacen un llamamiento a la liberación de los periodistas secuestrados, tres periodistas extranjeros, dos franceses y un japonés, y los tres guías afganos.
Una comisión de Reporteros Sin Fronteras (RSF), dirigida por su presidente Dominique Gerbaud, visitó Kabul del 15 hasta el 20 de mayo para reunirse con funcionarios, periodistas y responsables franceses que tratan el registro del equipo de France 3, secuestrado en la provincia de Kapisa desde diciembre 2009.
«Es urgente que haya las condiciones suficientes para que los periodistas sean liberados. La creación de una comisión hecha por la Jirga de la Paz, encargada de examinar la liberación de los presos es un acontecimiento alentador. Instamos a los secuestradores a que escuchen estas llamadas para lograr un resultado rápido y bien negociado con este secuestro que ha durado demasiado tiempo», dijo la organización.
De acuerdo con las organizaciones afganas de periodistas, Reporteros Sin Fronteras pide la movilización de los medios de comunicación, de la sociedad civil, del Estado y de las instituciones religiosas para poner fin a la violencia que convierte el trabajo de profesionales de medios afganos y extranjeros en un tema cada vez más delicado. «Los periodistas no son soldados ni mercenarios, sino profesionistas de la información que tienen derecho a estar protegidos, pero también la obligación de informar de la manera más objetiva posible», declaró RSF.
La comisión de Reporteros Sin Fronteras tuvo el honor de ser recibida por el ex-presidente afgano Sibghatullah Mojaddedi, quien condenó la toma de rehenes: «Esta acción va en contra del Islam y de la Humanidad. Estoy a favor de la liberación incondicional de los retenidos y pido a cada uno de los responsables en este asunto que hagan todo lo posible para conseguirla. Apoyo el intercambio de prisioneros. En tiempos de la Yihad hicimos esto mismo».
Por su parte, el portavoz del Consejo de Ulemas, Fazel Ahamad Manawi declaró que, el Consejo de Ulemas, como autoridad moral, apoya el llamamiento a todas las partes del conflicto a que respeten la seguridad de los profesionales mediáticos y sobre todo, a que liberen a los rehenes. «Una solución negociada debe acompañarse con medidas prácticas para luchar contra la pobreza, el desempleo y la corrupción que son los orígenes de los problemas».
Por último, Makhdom Raheen, Ministro de Información y Cultura, lo describió como una «terrible situación». También aseguró a los representantes de Reporteros Sin Fronteras que se hizo todo por parte de las autoridades para la liberación de los rehenes. «Nuestro ministerio está muy comprometido a favor de los periodistas, pero, como ustedes saben, la toma de rehenes afecta a todo el mundo, y nuestro embajador en Pakistán ha sido secuestrado durante más de un año. En cuanto alos reporteros presos, personalmente y en nombre del gobierno, les puedo decir que estamos haciendo todo lo posible para asegurar su liberación».
¡La libertad de expresión secuestrada!
Desde 2007, varios colaboradores de periodistas extranjeros fueron asesinados en caso de secuestro: Adjmal Nashqbandi, Sayed Agha y Sultan Munadi. Los periodistas afganos pagan un alto precio por su colaboración con la prensa extranjera. Algunos fueron asesinados después de ser acusados de ser espías por los captores, mientras que Sultan Munadi, del New York Times, fue muerto en una operación militar que iba a suponer su liberación.
Al menos quince reporteros han sido secuestrados por mafias o grupos insurgentes en Afganistán en 2009. Desde el 11 de septiembre 2001, 19 periodistas, entre ellos 11 reporteros extranjeros, han muerto. En el mismo grupo se encontraban cinco mujeres, una de ellas la afgana Zakia Zaki.
Las diversas asociaciones y sindicatos de periodistas, entre ellos la Unión Nacional de Periodistas de Afganistán (UNJA), la Asociación de Periodistas Independientes Afganos (AIJA), la organización de defensa de la libertard de prensa NAI, los representantes de medios independientes como Barry Salam -director de la emisora radio Good Morning Afghanitan-, Mohammad Zia Bumua, director de la agencia Bakhtar News, Danish Karokhel, director de Pajhwok Afghan News, Fahim Dashty, portavoz de UNJA y director de Kabul Weekly, Najiba Ayubi, directora de Killid Group, así como Rahimullah Samander, director de Wakht Noticias, expresaron juntos su voluntad de ponerle fin a esta «desesperante situación» que deteriora la libertad de prensa. Las organizaciones desean reaccionar para terminar con los asesinatos de periodistas, pero también con la impunidad que acompaña a sus muertes.
Después de esta reunión con Reporteros Sin Fronteras, Barry Salam declaró: «Se debe poner punto final a esta situación desesperante. Como periodistas y víctimas de esa violencia, tenemos la responsabilidad de movilizar a la población». «Pero tenemos que decirle al gobierno y a sus opositores que la vida de los periodistas afganos es tan preciosa como la de los extranjeros, si no la opinión pública no nos aceptaría», dijo Fahim Dashty, portavoz de UNJA.
Reporteros Sin Fronteras desea que los participantes en este proceso de paz, iniciado por la Jirga de la Paz (Asamblea Tradicional de los representantes del pueblo afgano), que acaban de reunirse en Kabul, se comprometan a conseguir la liberación de todos los rehenes. En la medida en que la sociedad afgana está representada en la Jirga, los secuestradores deben entender estos llamamientos a la negociación. La organización espera que la liberación de los rehenes de opinión permita construir «una paz duradera y justa que incluya el respeto a la libertad de expresión».
Como ciertos interlocutores afganos de Reporteros Sin Frontera dijeron en referencia al Corán: «La extorsión es el robo del alma de las personas, ningún ser humano, sin distinción de raza, color, sexo, idioma ni religión, puede ser privado de su libertad».
Vincent Brossel
Asia-Pacific Desk