ARABIA SAUDÍ | Caso Khashoggi: RSF, Amnistía Internacional, Human Rights Watch y el CPJ piden una investigación de Naciones Unidas

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| Caso Khashoggi: RSF, Amnistía Internacional, Human Rights Watch y el CPJ piden una investigación de Naciones Unidas
18.10.2018 18:52

Reporteros Sin Fronteras, Amnistía Internacional, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) y Human Rights Watch han instado hoy de manera conjunta a Turquía a pedirle urgentemente al secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, que abra una investigación sobre la posible ejecución extrajudicial del periodista saudí Jamal Khashoggi.

La investigación debe aclarar el papel de Arabia Saudí en la desaparición forzada y posible asesinato de Jamal Khashoggi, y debe identificar a todos los responsables de ordenar, planear y ejecutar las operaciones del caso.

«Turquía debe instar a Naciones Unidas a iniciar una investigación creíble y transparente», afirma Robert Mahoney, vicedierctor ejecutivo del Comité para la Protección de Periodistas. «La participación de Naciones Unidas es la mejor garantía contra el posible carpetazo de Arabia Saudí y otros gobiernos que puedan verse tentados a querer preservar sus intereses comerciales con Riad».

Las pruebas recogidas por una investigación de Naciones Unidas deberían preservarse para su uso en futuras denuncias. El equipo de investigación debería tener pleno acceso a viajar donde necesitara e interrogar a posibles testigos o sospechosos sin ninguna interferencia. El equipo también debería recomendar vias para llevar a la justicia a cualquier persona sobre la que se encuentren pruebas admisibles de su posible implicación.

Khashoggi entró al Consulado saudí de Estambul el 2 de octubre, y no ha sido visto o escuchado desde entones. Arabia Saudí ha negado su implicación en su desaparición, reclamando que dejó el consulado por su propio pie tras su llegada, pero no ha aportado ninguna prueba de ello.

Las autoridades saudíes han escalado su acoso a las voces disidentes en el país desde que Mohammad bin Salman se convirtiera en príncipe heredero en junio de 2017, aumentando la represión a disidentes, incluso a expresiones pacíficas de promoción y protección de los derechos humanos. Virtualmente todos los  defensores de derechos humanos, voces críticas -también clérigos religiosos- periodistas y académicos han sufrido detenciones en fechas recientes.

La desaparición de Khashoggi se produce después de mas de un año de denciones de periodistas que han informado sobre corrupción, derechos de las mujeres y otros temas sensibles. Varios están detenidos en lugares desconocidos y sin cargos, según informaciones del Comité para la Protección de los Periodistas.

También defensoras de los derechos de las mujeres como Loujain al-Hathloul, Iman al-Nafjan y Aziza al-Yousef han estado detenidas de manera arbitraria sin cargos durante meses. Estas mujeres activistas y otras muchas se enfrentan a largas penas de prisión o penas de muerte en juicios ante tribunales antiterroristas únicamente por ejercer de forma pacífica su derecho a la libertad de expresión, asociación o asamblea.

Las autoridades turcas anunciaron haber iniciado una investigación criminal el día de la desaparición de Khashoggi, el 2 de octubre. Como parte de esta investigación, llevaron a cabo un examen forense en el consulado de Arabia Saudí el 15 de octubre. La información filtrada a la prensa de esta investigación apunta incluso a la existencia de posibles audios y videos sobre el asesinato de Khashoggi en el Consulado.

El 15 de octubre el rey de Arabia Saudí ordenó a la fiscalía que abriera una investigación sobre la desaparición de Khashoggi. Pero dada la posible participación de las autoridades saudíes en la desaparición y posible asesinato de Khashoggi, sumado a la falta de transparencia de sistema judicial criminal saudí, debe dudarse de la imparcialidad de cualquier investigación que lleven a cabo.

La novia de Khashoggi, Hatice Cengiz, de nacionalidad turca, ha contado a los medios que Khashoggi entró al Consultado el 2 de octubre para obtener unos documentos para su matrimonio. Le dejó su teléfono e instrucciones de alertar a las autoridades turcas si no salía después de dos horas. Fue la última vez que le vio. Las autoridades turcas creen que Khashoggi fue asesinado y desmembrado por agentes saudíes dentro del Consulado.

«Todo esto demuestra lo imperativo y necesario de llevar a cabo una investigación imparcial e independiente para establecer la verdad y garantizar que se hace justicia con Jamal Khashoggi,» afirma Christophe Deloire, secretario general de Reporteros Sin Fronteras. «Si Naciones Unidas se moviliza de verdad en la lucha contra la impunidad de los crímenes contra periodistas, como mínimo debería entonces implicarse en uno de los casos más extremos y chocantes de los últimos años, poniendo en marcha una investigación».

Hay un precedente en una investigación de este tipo en Naciones Unidas. En 2008, Pakistán pidió al Secretario General de Naciones Unidas que llevara a cabo una investigación sobre el asesinato de la ex primera ministra, Benazir Bhutto. La investigación abordó lo que fue calificado por los investigadores como un intento de las autoridades paquistaníes de encubrir el asesinato de Butho.

La investigación sobre la desaparición forzada de Khashoggi y su posible asesinato debería empezar pronto y llevarse a cabo con imparcialidad e independencia. El secretario general de Naciones Unidas debería nombrar a un investigador veterano con amplia experiencia en investigaciones internacionales para liderar al equipo. Y, una vez concluida, el secretario general de Naciones Unidas debería dar a conocer un informe público con las conclusiones y recomendaciones.

«La familias de Khashoggi y el resto del mundo se merecen toda la verdad de lo que le ha pasado», afirma Louis Charbonneau, director en Naciones Unidas de Human Rights Watch. «No es suficiente una investigación de una parte y unas explicaciones parciales de Arabia Saudí. Sólo Naciones Unidas tiene la credibilidad e independencia requeridas para exponer a los autores de la desaparición de Khashoggi y contar lo ocurrido».

Turquía, Arabia Saudí, y otros países miembros de Naciones unidas deben cooperar plenamente con una investigación de Naciones Unidas que garantice pleno acceso a determinar lo que le ha pasado a Khashoggi. Para facilitar la investigación, Arabia Saudí debería inmediatamente retirar protecciones diplomáticas como la inviolabilidad o inmunidad reconocidas en tratados como la convención de Viena de 1963 sobre Relaciones Consulares. Michelle Bachelet, comisaría de Naciones Unidas para derechos humanos, ha pedido que se retiren las protecciones diplomáticas en este caso.

Turquía debe aportar todas la pruebas, incluidos los registros de audio y video que los oficiales turcos han asegurado tener en numerosas ocasiones sobre el asesinato de Khashoggi en el Consulado saudí. Un grupo de trabajo tuco-saudí no podrá hacer progresos ente las negativas de Arabia Saudí y su rechazo a cualquier tipo de participación en la desaparición de Khashoggi.

«Si el gobierno de Arabia Saudí no está involucrado en la desaparición de Khashoggi no hay nada que perder en una investigación imparcial por parte de Naciones Unidas sobre lo ocurrido», afirma Sherine Tadros, responsable de la oficina en Nueva York de Amnistía Internacional. «Sin una investigación creíble, siempre quedará la duda sobre Arabia Saudí, más allá de lo que sus líderes afirmen sobre lo ocurrido».

Jamal Khashoggi es un reconocido periodista saudí que ha trabajado para varios medios en lengua árabe e inglesa, incluidos los periódicos Okaz y Saudi Gazette, además de haber sido editor jefe del diaro saudí al-Watan. En diciembre de 2016, las autoridades saudíes le denunciaron por criticar al presidente electo estadounidense Donald Trump en un evento en Washington, y voló a Estados Unidas, en junio de 2017, donde se convirtió en columnista habitual del Washington Post.

Para más información contactar:

  • En Nueva York, Louis Charbonneau de Human Rights Watch, (English, German, Czech): +1-646-591-5178; or [email protected]. Twitter: @loucharbon
  • En Nueva York, Sherine Tadros de Amnistía Internacional, (English): +1-929-339-9523; or [email protected]; Twitter: @SherineT
  • En Washington D.C., Margaux Ewen de Reporteros Sin Fronteras, (English, French): +1-202-204-5548; or [email protected]. Twitter: @margauxewen
  • Kerry Paterson, del Comité para la Protección de los Periodistas  (English, French): +1-212-300-9031; [email protected]. Twitter: @pressfreedom