En Argentina, la presidenta Cristina Kirchner acaba de mandar por decreto, el 6 de enero de 2010, la desclasificación de archivos militares sobre algunas operaciones represivas llevadas a cabo entre 1976 y 1983. En Chile, el acceso a este doloroso pasado no lleva el mismo ritmo. En vísperas de una segunda vuelta de las elecciones presidenciales que deberían de abrir las puertas de La Moneda a la derecha conservadora, la periodista independiente Pascale Bonnefoy debe acudir a juicio, el 14 de enero, tras la presentación de una denuncia por “calumnia” e “injuria” por parte de un ex militar a las órdenes del general Pinochet. Se expone a una condena de tres a diez años de cárcel, que podría traducirse por un control judicial e incluso una encarcelación efectiva. Pero más allá de la posible condena, este juicio está cargado simbólicamente.
“Chile ha rendido, tardíamente, homenaje a sus víctimas, pero no puede todavía decir nada de sus verdugos. Una condena de Pascale Bonnefoy podría hacer definitivamente insostenible una memoria amputada, que viola el derecho de los chilenos a conocer su historia.”, considera Reporteros sin Fronteras.
