INDONESIA | Suspenso en libertad de prensa tras un año de presidencia de Joko Widodo
Reporteros Sin Fronteras expresa su decepción por la situación de la libertad de información y de prensa en Indonesia durante el primer año de mandato del presidente Joko «Jokowi» Widodo, al que acusa de incumplir sus promesas.
«A pesar de las esperanzas democráticas generadas por su elección, la presidencia de Joko Widodo está lejos de satisfacer las expectativas con respecto al acceso a la información», apunta Benjamin Ismaïl, responsable de Reporteros Sin Fronteras para Asia y el Pacífico.
«Las autoridades continúan reprimiendo la información y la promesa electoral de Jokowi de abrir la región de Papúa Occidental a los periodistas extranjeros era sólo una ilusión. Si bien los periodistas pueden ir allí -bajo ciertas condiciones – se les vigila de cerca, lo que expone a sus fuentes a represalias por parte de las autoridades».
Jokowi, que fue gobernador de Yakarta, comenzó bien su mandato. Pocos días después de toma de posesión el 20 de octubre 2014 quedaron libres los periodistas franceses Valentine Bourrat y Thomas Dandois.
Bourrat y Dandois habían sido víctimas de las prácticas restrictivas de Indonesia en Papúa Occidental (la mitad occidental de la isla de Nueva Guinea) y fueron condenados a dos meses y medio de prisión por violar las restrictivas leyes migratorias de Indonesia para hacer un reportaje después de entrar en el país con visas de turista.
Su fixer, Areki Wanimbo, fue liberado tras permanecer detenido durante ocho meses.
Desde la anexión de la región de Papúa Occidental, en 1963, las autoridades de Indonesia han restringido el acceso de los periodistas extranjeros debido a los actos de violencia contra la población civil y la represión del gobierno contra los movimientos separatistas del lugar. Los pocos periodistas que tratan de visitar la región, que es un «agujero negro» para la información, son observados de cerca.
El 10 de mayo, Jokowi anunció el levantamiento de la prohibición de ir a la región de Papúa Occidental a los periodistas extranjeros. La apertura de la región más secreta de Indonesia a los periodistas fue una de las promesas electorales hechas por Jokowi, que incluso les dijo que «no hay nada que ocultar».
La decisión permitió a New Zeland Maorí TV hacer un reportaje sobre la comunidad étnica papú para su programa «Asuntos Indígenas», el primero de este tipo en más de 50 años.
Pero no hay ninguna garantía de que dure el acceso a la información en la región. Se espera que ciertas facciones del ejército que se han beneficiado de la ocupación indonesia sigan oponiéndose a la cobertura de los medios. También es muy poco probable que las autoridades permitan que los periodistas investiguen todas las violaciones de los derechos humanos que han tenido lugar desde la anexión.
El anuncio de Jokowi – hecho mientras que Indonesia era el centro de atención internacional después de las condenas a muerte a siete extranjeros por tráfico de drogas – tiene todas las características de una cortina de humo diseñada para aparentar ante la opinión pública internacional y añadir un poco de brillo temporal a la imagen de Indonesia.
Los periodistas extranjeros ya no son abiertamente objetivos en la región de Papúa Occidental, pero las autoridades todavía tienen en la mira sus traductores y fuentes. Dos fixers que trabajaban para un periodista francés fueron detenidos e interrogados por la policía a principios de este mes.
Asimismo, las autoridades restringen la libertad de los periodistas locales. Abeth You, un reportero del sitio web TabloidJubi.com, fue atacado por la policía el 8 de octubre mientras cubría una manifestación en Jayapura, la ciudad más grande de la región de Papúa Occidental. La manifestación estaba organizada por Solidaridad para las Víctimas de Violaciones de los derechos humanos en Papúa.
Después, la policía lo metió en un camión, un agente le quitó la cámara y eliminó todas sus fotos mientras le amenazaba con un arma. Incluso cuando tienen carnets de prensa, los periodistas locales que cubren las manifestaciones continúan siendo tratados por la policía como los manifestantes.
La cobertura de ciertos temas sensibles también sigue estando estrechamente controlada en el resto de Indonesia. Los periodistas británicos Rebecca Prosser y Neil Bonner siguen esperando un veredicto en su juicio tras ser detenidos por grabar un documental sobre la piratería en el estrecho de Malaca, cerca de Singapur.
El contraalmirante de la marina Taufiqurrahman dijo poco después de su detención que el documental podría «empañar la imagen del estrecho de Malaca», ya que se presenta como «una zona de alta criminalidad». Ambos llevan detenidos desde mayo por la ley de inmigración indonesia.
En un par de meses, sabremos si la presidencia de Jokowi conduce a una caída de Indonesia en la próxima Clasificación Mundial de la libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras.