PAKISTÁN | Aumenta el miedo a ejercer el periodismo en Pakistán
| Aumenta el miedo a ejercer el periodismo en Pakistán
24.07.2015 18:56
Los periodistas pakistaníes se están viendo forzados a abandonar el país o a permanecer escondidos para escapar a los actos de violencia e intimidaciones de los que son víctimas, y que generalmente quedan impunes. Las autoridades del país no han mantenido su promesa de proteger al personal de los medios de comunicación y muchas veces son incluso responsables de estos abusos.
El asesinato del periodista Zafarullah Jatak, en el mes de julio, es el último de una serie de crímenes macabros contra el personal de los medios de comunicación aún sin resolver. Jatak trabajaba para el periódico Intekhab, con base en Quetta, y era periodistas desde hacía seis años. Fue asesinado en su casa, el 28 de junio, y la policía sigue sin dar con el móvil del crimen, pese a haber detenido a ocho sospechosos.
Tampoco se ha avanzado en la investigación del asesinato del profesor de periodismo (y antiguo periodista) Syed Wahidur Rahman, asesinado frente a su casa de Karachi, el 29 de abril. Cuatro días antes, el activista de derechos humanos Sabeen Mahmud también fue disparado mortalmente en Karachi tras haber organizado un debate sobre la violencia en Baluchistan. Su asesinato aún sigue impune.
“Las autoridades paquistaníes deben poner fin a esta impunidad en la que permanecen los crímenes contra informadores, demasiado frecuentes en el país”, afirma Benjamin Ismaïl, responsable de la oficina de Asia de Reporteros Sin Fronteras.
“Urgimos a las autoridades a llevar a cabo investigaciones adecuadas que den con los responsables de esta violencia y los lleven ante la justicia. La impunidad que gozan muchos de estos asesinos les anima a seguir violando los derechos humanos y la libertad de información”, añade Ismaïl.
El hecho de que los crímenes contra periodistas raramente terminen resueltos y juzgados refuerza el clima que domina el país de amenazas y agresiones. Un clima que se ha reforzado desde 2014. Los oficiales gubernamentales y algunas secciones políticas del país son también responsables de violaciones a la libertad de prensa, una tendencia que supone a su vez la mayor amenaza para combatir la impunidad.
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