PAKISTÁN | La autocensura es el nuevo código de conducta para los periodistas paquistaníes
Reporteros Sin Fronteras expresa su preocupación por el carácter restrictivo del nuevo código de conducta para emisoras de radio y televisión que ha redactado la Autoridad Reguladora de Medios Electrónicos de Pakistán (PEMRA), un organismo del Ministerio de Información. La normativa entró en vigor el 20 de agosto.
Denominado Código de Conducta de 2015 de Medios Electrónicos (Programas y Anuncios), está claramente diseñado para aumentar la censura en los programas de radio y televisión, ya sujetos a un estricto control.
El código, que incluye una serie de disposiciones muy restrictivas, combina normas de carácter ético y profesional con otras reglas que limitan la capacidad de los periodistas para comentar o criticar al Islam, a las autoridades judiciales y a las fuerzas armadas.
Cuando se considere necesario, los medios de comunicación también tendrán que retrasar las retransmisiones en directo para permitir la retirada de contenidos que infrinjan las directivas. El código no proporciona a los medios de comunicación una lista de temas de los que no se puede informar en directo y deja en manos de las redacciones la decisión de lo que debe ser censurado.
Teniendo en cuenta que el nuevo código no habla explícitamente de las sanciones, los periodistas paquistaníes – que no han sido consultados en ningún momento mientras se elaboraba el documento – temen que esta omisión pueda dar lugar a represalias completamente arbitrarias similares a las tomadas contra Geo TV y sus periodistas.
«Es inaceptable la imposición de este draconiano Código, ya que deja una amenaza permanente pesando sobre las emisoras de radio y televisión de Pakistán», afirmó el secretario general de Reporteros Sin Fronteras, Christophe Deloire.
«El carácter vago e impreciso de algunas de las disposiciones del Código abre el camino a la drástica autocensura de los medios de comunicación paquistaníes sobre cualquier tema que tenga que ver con el Islam y otras religiones, así como asuntos que son fundamentales para la sociedad paquistaní. El único margen permitido a los periodistas de Pakistán se encuentra en la selección de los contenidos que se censuran».
Este código-cajón de sastre, que también tiene como objetivo proteger a los menores y restringir la incitación a la violencia, incluye disposiciones que permiten a las autoridades censurar cualquier contenido que ataque «a los valores islámicos, a la ideología de Pakistán o a los padres fundadores de la nación» (artículo 3.1.a), así como los «comentarios despectivos sobre cualquier religión» (artículo 3.1.d).
Estos conceptos son vagos y, por lo tanto, peligrosos. Lo mismo ocurre con la directriz que pide a los medios de comunicación que no difundan «calumnias contra del poder judicial o las fuerzas armadas» (artículo 3.1.j).
El código también restringe la cobertura de las «operaciones de seguridad en curso» (artículo 8.8) o informar sobre el «número de víctimas» (artículo 8.7) durante las operaciones de seguridad o de rescate, salvo autorización previa. Los medios de comunicación también deben «asegurar que la cobertura de las actividades en las zonas de conflicto se llevan a cabo según las directrices emitidas por los organismos competentes encargados de hacer cumplir la ley» (artículo 8.10).
Pakistán ocupa el puesto cabo 159 –entre 180 países- en la Clasificación Mundial 2015 de la Libertad de Prensa que establece Reporteros Sin Fronteras. Más sobre el país en el Informe Anual de la organización.
