PAKISTÁN | Las fuerzas de seguridad secuestran a dos periodistas en la provincia de Sindh

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Reporteros Sin Fronteras (RSF) pide la liberación inmediata de dos periodistas paquistaníes a los que la policía ha detenido por cargos falsos en la provincia de Sindh, en el sureste de Pakistán. En un principio, ambos fueron víctimas de desapariciones forzadas antes de que la policía acabara por reconocer que los estaba reteniendo.

Rafaqat Ali Jarar, corresponsal de Daily Koshish en Tanda Bago, un pequeño pueblo a 100 km al sureste de Hyderabad, fue secuestrado por hombres armados el 15 de febrero. Hasta el 2 de marzo, la policía no admitió que lo tenía bajo su custodia.

Ahora está acusado de terrorismo y, según las fuerzas de seguridad de Sindh, formó parte de un grupo creado por la agencia de contrainteligencia de la India, Research and Analysis Wing (R & AW). Sin embargo, poco se sabe sobre este grupo.

Kamran Sahito, que trabaja para el periódico Sindh Express y BOL TV, fue secuestrado en circunstancias similares el 6 de febrero en Hyderabad, la segunda mayor ciudad de la provincia.

La policía negó reiteradamente su detención, pero su padre presentó una denuncia ante un tribunal de Hyderabad y, el 28 de febrero, un juez ordenó a la policía que lo llevaran en un plazo de tres días. Aunque sus colegas insisten en su profesionalidad como periodista, se le acusa de robo.

«El burdo comportamiento de la policía y los cargos inventados rozan el absurdo», sostiene Daniel Bastard, responsable del departamento para Asia y el Pacífico de Reporteros Sin Fronteras. «Está claro que estos reporteros son víctimas colaterales del implacable acoso al periodismo independiente en Sindh».

«Pedimos al gobierno que envíe una comisión de investigación independiente que esclarezca estos arrestos arbitrarios. La policía debe dejar de servir como brazo armado de intereses privados, como suele ser el caso en esta provincia».

Los periodistas de investigación son constantemente hostigados por las fuerzas de seguridad en Sindh, una provincia aún marcada por el feudalismo y el conservadurismo tribal. El hermano de Jarar y también periodista, Nasrullah Jarar, dijo a RSF que el secuestro de su hermano fue una represalia por su cobertura de investigación sobre las quejas de los productores locales de caña azúcar, que se quejan del trato que reciben de los grandes terratenientes con vínculos con políticos provinciales.

El padre de Sahito confesó estar preocupado por la seguridad de su hijo y expresó su temor de que pudiera ser utilizado como escarmiento para intimidar a otros periodistas en la provincia.

El pasado 5 de agosto desapareció otro reportero de Sindh Express, Ghulam Rasool Burfat. Afincado en Jamshoro, una ciudad a 15 km al oeste de Hyderabad, parece haberse pasado de la raya al investigar a los dos movimientos separatistas de la provincia. Cuatro días más tarde, unos hombres armados y enmascarados secuestraron al secretario general del Club de Prensa de Jamshoro, Badal Nohani.

A pesar de las repetidas manifestaciones de sus familiares y colegas periodistas, las autoridades provinciales guardan absoluto silencio sobre las desapariciones.

Pakistán ocupa el puesto 139, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2017 de Reporteros Sin Fronteras. Para saber más, el Informe Anual de la organización.