REPÚBLICA CHECA | Los conflictos de intereses con los oligarcas locales amenazan a los medios checos
La República Checa, un país considerado durante mucho tiempo como un ejemplo de integración en la Unión Europea, se ha convertido en un lugar donde la libertad de prensa se ve cada vez más amenazada debido a que la propiedad de sus medios de comunicación se ha concentrado en manos de unos pocos multimillonarios.
Hace tan sólo unos pocos años, el 80% de los medios de comunicación checos estaban controlados por inversores extranjeros, principalmente alemanes, pero, después de la crisis de 2008, fueron rápidamente reemplazados por empresarios multimillonarios locales. En su mayoría, estos potentados no ocultan sus intenciones y contemplan dichas adquisiciones como una manera de amordazar a los críticos.
Los nuevos propietarios están convirtiendo sus periódicos, emisoras de radio y canales de televisión en armas para conquistar y asegurar el poder político, económico, o ambos. Se trata de otro ejemplo de amenaza a la libertad prensa, la de los oligarcas de todo el mundo, que Reporteros Sin Fronteras (RSF) destacó en el informe «Medios de comunicación: los oligarcas se van de compras«, publicado este 21 de julio.
«Ciertos propietarios y políticos en la República Checa se han dado cuenta de que el control de los medios de comunicación es un elemento de disuasión masiva que puede ayudar a silenciar a los opositores», apunta Pauline Ades-Mével, responsable para Europa y los Balcanes de Reporteros Sin Fronteras. «Pero la forma en que utilizan sus medios de comunicación deriva en que el público pierde confianza y que dichos medios están cada vez más desacreditados».
Andrej Babiš, propietario del grupo alimentario y agroindustrial Agrofert y segundo hombre más rico de la República Checa, entró en política y se hizo cargo del grupo de medios MAFRA en 2013, obteniendo con ello el control de los dos diarios más influyentes (Lidové Noviny y Mladá Fronta Dnes) y del diario digital más popular (iDnes.cz).
Después se hizo con una de las mayores emisoras privadas de radio (Radio Impuls) y con el canal musical de televisión (Ocko).
Su partido político populista, Acción de Ciudadanos Insatisfechos (ACI), causó revuelo al ser el segundo partido más votado en las elecciones parlamentarias de 2013. En enero de 2014, el pacto con otros dos grupos políticos convirtió a Babiš en ministro de Finanzas y viceprimer ministro. Por eso se le ha llegado a llamar «el Berlusconi checo» o «Babisconi.»
El especialista en medios Vaclav Štětka califica como inédito lo que está sucediendo en la República Checa. «El mismo hombre tiene las riendas del gobierno checo, posee la segunda mayor fortuna del país, lidera uno de los partidos políticos más influyentes, y controla los medios de comunicación más potentes».
Hay numerosos ejemplos de su injerencia en sus publicaciones. En enero de 2014, Babiš despidió a Vladimir Sevela, periodista del diario Dnes, porque se atrevió a publicar críticas a Agrofert. Meses antes, reprendió a otro periodista por no haber cubierto una rueda de prensa del partido ACI.
En el país hay más multimillonarios que se han interesado en los últimos tiempos por la prensa y han utilizado parte de las fortunas que hicieron en las privatizaciones los años 90 para invertir en medios de comunicación.
Daniel Křetínský, que dirige uno de los mayores conglomerados de energía del país, también gestiona ahora varios periódicos que antes pertenecían a una empresa conjunta de los grupos Ringier, de Suiza, y Axel Springer, de Alemania. También es dueño del club de fútbol más importante, el Sparta de Praga.
Zdeněk Bakala, antiguo dueño de un complejo minero, posee ahora un diario de negocios, un semanario y un diario digital. Algunos de los periodistas de Respekt, el semanario de Bakala, dicen que prefieren autocensurarse a escribir sobre el propietario de la revista.
Marek Dospiva, copropietario de la sociedad de inversión Penta, dirige un grupo de diarios que ostenta el monopolio de los medios impresos regionales, y parece pensar que eso le garantiza cierto grado de impunidad. Cuando recientemente un periodista le preguntó por su interés en los periódicos, respondió: «No voy a andarme con rodeos. El hecho de que seamos dueños de estos medios asegura que a cualquiera le resultará más difícil atacarnos».
Otro empresario, Jaromir Soukup, posee un canal de televisión y dos publicaciones semanales.
Hay que alarmarse por la forma en que estos multimillonarios se han hecho con el poder económico, político y mediático. Está claro que pretenden silenciar toda crítica, y no promover la independencia de los medios. Lejos de mejorar la libertad de prensa y el pluralismo, la salida de los inversores extranjeros y su sustitución por empresarios locales acaba por reducir aún más la independencia de los medios de comunicación líderes.
La República Checa ocupa el puesto 21, de 180 países, en la Clasificación Mundial 2016 de la Libertad de Prensa que publica Reporteros Sin Fronteras.