RUSIA | Carta abierta a Vladimir Putin sobre la libertad de prensa en Rusia
Estimado Presidente Putin,
Empezó usted amordazando a los medios críticos tras su primera elección, hace 18 años, pero sus esfuerzos se han intensificado considerablemente en su último mandato. Su país ocupa ahora el puesto 148 de los 180 países que conforman la actual Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, y la situación nunca ha sido tan negativa desde la caída de la Unión Soviética.
Usted ha controlado de forma estricta a la radiotelevisión nacional desde 2001, desde el control de ORT y NTV. Los canales de televisión de grandes audiencias son ahora propiedad del Estado o de empresas de propiedad estatal como Gazprom. A medida que aumenta el acoso a los medios críticos, estos nuevos canales difunden una propaganda que alimenta un clima de odio y de paranoia hacia la sociedad civil y reduce los estándares periodísticos.
Los medios de comunicación independientes ven su nicho reducido a un menor tamaño y cada vez que alcanzan un número significativo de lectores ven aumentar también la presión sobre ellos. El único canal independiente nacional, Dozhd TV, fue retirado del satélite y de los servicios de cable en 2014. La editora de la web de noticias más leída en Rusia, Lenta.ru, fue despedida ese mismo año junto al resto del equipo. La misma suerte que corrió la plantilla del grupo RBC en 2016.
Todos estos medios de comunicación se distinguían por su cobertura de temas sensibles, desde el conflicto en Ucrania hasta la corrupción de alto nivel. La purga ha afectado también a medios regionales, como el canal siberiano TV2.
Internet era hasta hace poco un espacio para la libertad de expresión, pero esta realidad también se ha visto afectada en los últimos años. Los criterios usados para bloquear el acceso a web sin referencia a una orden judicial han aumentado desde la primera “lista negra” elaborada en 2012. Entre las víctimas se encuentran web de información de la oposición, como Grani.ru, Kasparov.ru, EJ.ru y más recientemente OpenRussia. La vigilancia a blogueros, la censura a buscadores, los “agregadores” de noticias, la regulación de las VPN y la obligación a las redes sociales a cooperar con el FSB son ejemplos del endurecimiento de la legislación. Cada vez más los internautas son encarcelados por sus comentarios en redes sociales o por sus “likes”.
La ley promulgada en 2012 ha a reducido la libertad de prensa en general, no sólo en Internet. Se ha vuelto a “repenalizar” la difamación, a penalizar la “ofensa a los sentimientos o creencias religiosas”, se ha penalizado “incitar al separatismo”, se ha expandido la definición de “alta traición”, y se ha endurecido la legislación “antiterrorista”, que lleva tiempo utilizándose contra los críticos. La ambigüedad de estas legislaciones contribuye además a su utilización severa y arbitraria.
También se han hecho otras reformas que restringen drásticamente la inversión extranjera en los medios, lo cual ha resultado en una mayor vulnerabilidad de los medios independientes. La criminalización de la sociedad civil no sólo ha afectado a ONG que apoyan a los medios y defienden la libertad de prensa, sino que ha llegado a amenazar a la prensa extranjera.
El mal uso de la legislación para perseguir a los críticos ha ayudado a llenar las prisiones. Hemos calculado que al menso cinco periodistas (Alexander Sokolov, Igor Rudnikov, Zhalaudi Geriyev, Alexei Nazimov y Alexander Tolmachev) y dos blogueros (Alexander Valov y Alexei Kungurov) están actualmente detenidos en conexión con sus reportajes. Es la cifra más elevada desde principios de este siglo.
La impunidad de los que agreden o asesinan a periodistas permanece inalterada. Al menos 34 profesionales de medios han sido asesinados en conexión con su trabajo en Rusia desde el año 2000. En la abrumadora mayoría de los casos, las investigaciones no han llevado a ninguna parte y los instigadores de los asesinatos no han sido identificados. Con cinco periodistas asesinados, el periódico Novaya Gazeta ha pagado un alto precio y sigue recibiendo amenazas.
Usted ha permitido la existencia de zonas inaccesibles donde el pluralismo no puede sobrevivir. Chechenia y Crimea, anexionada en 2014, son los principales “agujeros negros” de la información. Los efectos de esta situación no sólo son locales. El líder checheno Ramzan Kadyrov ya no duda en amenazar a la prensa más allá de sus fronteras. ¿Planea usted hacer de estas dictaduras regionales laboratorios de la futura Rusia? ¿Son estos los modelos que ofrece para su futuro mandato?
Debe usted cambiar el rumbo si quiere evitar pasar a la historia como el sepulturero de las libertades garantizadas en la joven Constitución rusa. Le pedimos que garantice la retirada de todas estas leyes citadas, adoptadas durante su último mandato, y que permita canales nacionales fuera del control estatal. Permita también el trabajo de medios independientes sin acoso, y ponga fin al clima de odio e impunidad al que están expuestos los críticos con el Gobierno. Le pedimos que promueva la independencia judicial para que los tribunales dejen de decidir arbitrariamente y en su lugar pongan en libertad a todos los periodistas y blogueros erróneamente encarcelados.
Le agradecemos de antemano su atención a esta carta
Atentamente
Christophe Deloire