TÚNEZ | Los medios, un año después del comienzo de la revolución

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| Los medios, un año después del comienzo de la revolución
24.01.2012 17:23
  • Los obstáculos de una revolución en marcha (14 enero de 2011 -24 de enero de 2012)
  • Reporteros sin Fronteras hace un seguimiento de los avances de la libertad de prensa y los medios de comunicación en Túnez cuando se cumple un año de las protestas que acabaron con el régimen de Zine el Abidine Ben Ali.

Para conmemorar el primer aniversario de la revolución de Reporteros sin Fronteras Túnez hace un balance de los avances en el sector de los medios de comunicación en Túnez.

NECESIDAD DE UN MARCO LEGAL FUERTE

La independencia de los medios sólo podrá quedar garantizada por un marco jurídico fuerte. Los dos proyectos de ley (código de prensa y ley audiovisual) aprobados en el último Consejo de Ministros antes de las elecciones del 23 de octubre de 2011, se podrían mejorar para evitar el vacío legal o la aplicación de las leyes aún vigentes de la era de Zine el Abidine Ben Ali.

De hecho, el código de prensa, todavía imperfecto, hoy por hoy debe proporcionar un nivel mínimo de protección. Esta ley establece la libertad de expresión, un principio que debe enunciarse claramente en la futura Constitución. Sólo deberían aplicarse las disposiciones especiales para prensa y las contrarias deberán ser derogadas.

Con ello se garantizará, para el futuro, que este texto se aplica a casos concretos de abuso de la libertad de expresión, con exclusión de las disposiciones generales del Código Penal. De lo contrario, esto podría reducir el texto a la nada.

Este texto sólo podrá constituir una verdadera protección de la libertad de expresión si se acompaña de reformas fundamentales de los sistemas administrativos y judiciales. Las nuevas autoridades y la administración, que apenas se ha renovado después del 14 de enero de 2011, debe tomar medidas para garantizar el pluralismo y la independencia.

Sin embargo, los recientes nombramientos a la cabeza de los medios de comunicación públicos, anunciada por el Primer Ministro el 7 de enero, contrariamente a lo dispuesto en el artículo 19 del Decreto Ley N º 2011 a 116 (sobre el Audiovisual) del 2 de noviembre de 2011, constituyen una flagrante violación del principio de independencia. También es urgente el establecimiento de una Alta Autoridad independiente de la Comunicación Audiovisual (HAICA), para reemplazar el Foro Nacional para la Reforma de la Información y la Comunicación (INRIC), un órgano consultivo creado por la máxima autoridad de los objetivos de la revolución (HIROR). Y lo mismo la creación de la Comisión nacional de Periodistas Profesionales.

El código de prensa no trata de forma adecuada Internet y los medios online. A pesar de que se establece el principio de la libertad de expresión, que sin duda será una base para la protección de los internautas, la ley no dice nada sobre la naturaleza específica de la responsabilidad de los medios de comunicación online.

DESCENTRALIZACIÓN: UN ASUNTO CRÍTICO

Para la gran mayoría de los ciudadanos, la libertad de expresión es una de las grandes victorias de la revolución. Los tunecinos reprochan a los medios de comunicación nacionales la excesiva focalización de las informaciones sobre la capital tunecina, reduciendo al mínimo la cobertura del resto de las regiones.

Internet también refleja el desarrollo desigual entre la región de Túnez  y el resto del país. Aunque el territorio nacional goza de una alta tasa de penetración (de alrededor del 34%), según los últimos datos de Internet World Stats (30 de junio de 2010), los tunecinos que viven fuera de los grandes centros urbanos rara vez tienen Internet en su casa.

En tiempos de Ben Ali, los únicos medios de comunicación que existían fuera de la capital eran públicos, con el fin de prevenir la propagación de los movimientos de protesta social. Así, cinco de las seis emisoras de radio regionales eran públicas. La aparición de nuevas radios debería impulsar el desarrollo del sector y abrir las regiones. En cuanto a la prensa, los diarios y revistas nacionales rara vez tienen delegaciones en provincias y se nutren de corresponsales locales, con lo que la falta de formación y de profesionalidad lastra la calidad de la información transmitida.

Para corregir los desequilibrios regionales en términos de cobertura de los medios, el INRIC recomendó por al ministerio, el 29 de junio de 2011, que concediera licencias a doce emisoras de radio, de las que ocho debían ser regionales. Para mejorar la cobertura audiovisual del territorio, el segundo canal nacional de televisión, Al Watanya 2, se convirtió en una cadena regional el 2 enero de 2012.

POLÍTICAS EN FAVOR DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EXISTENTES

Radio: coste de creación de nuevas emisoras y falta de anunciantes

Creada en 1975, la Oficina Nacional de Radiotelevisión (ONT), organismo dependiente del Ministerio de Industria y Tecnología, tiene el monopolio de asignación de frecuencias para la difusión de todos programas de radio y televisión. Establece, entre otras cosas, el coste de la difusión.

En septiembre de 2011, la ONT fijó en 110.000 dinares al año (57.000€) la tasa de distribución para la radio, ya fuera privado o asociada. Los directores de las doce estaciones que recibieron el encargo de la INRIC, se unieron el pasado mes de junio para decir que se trata de una cantidad es excesiva, y que supone en la práctica censura disfrazada. Sólo las radios privadas con un gran capital gozarán de capacidad financiera para pagar semejante cuota anual.

Varias estaciones de radio se han negado a firmar el acuerdo con la ONT por razones financieras y por una cuestión principios. Radio 6 (de Túnez capital) y Sawt El-Manajem (de Gafsa) anunciaron su negativa a firmar el acuerdo, diciendo que el monto establecido por la ONT era desproporcionado para las emisoras locales. Radio 6 ha comenzado a emitir de forma ilegal, y Sawt El-Manajem debe empezar a hacerlo en breve. Otros han firmado el acuerdo y empiezan a emitir, como Oxygen FM (Bizerta), Oasis FM (Gabes) y Radio 6 (de forma ilegal, en Túnez). Ibtissama FM ha iniciado el proceso.

Frente a las dificultades encontradas por las nuevas radios y, en general, para hacer frente a los desafíos que afronta la industria de la información, el INRIC envió, el 28 de diciembre de 2011, un mensaje a las nuevas autoridades en el que se recomienda implementación de 14 medidas de emergencia.

Se propone «el fortalecimiento de las ventajas fiscales, entre otras […] para garantizar el enriquecimiento y la diversificación del panorama mediático sobre la base de la transparencia y la equidad. Se trata de […] reducir aranceles para la distribución de nuevas radios y la adopción de tarifas simbólicas para las empresas de radiodifusión no comercial «[2].

Además, estos permisos se otorgan por un período de tres meses, hasta que los medios firmen un pliego de condiciones… que aún no se les ha propuesto. El carácter no definitivo de estas licencias pone a estas radios en situaciones incómodas, haciendo prácticamente imposible las inversiones de empresarios privados. Es importante para la estabilidad de los medios de comunicación que las licencias se concedan de forma permanente, con un procedimiento de control en caso de incumplimiento.

Por último, aunque los proyectos de creación de radios se multiplicasen, la publicidad privada es escasa debido a la coyuntura económica actual. Los raros anunciantes privados prefieren las radios mayoritarias de Túnez, todas creadas bajo el antiguo régimen y carentes de mecanismos para la asignación transparente de frecuencias y licencias.

Prensa: paradójicamente, los viejos periódicos salen ganando

Irónicamente, a pesar de que florece una nueva prensa con nuevas voces y opiniones, ésta apenas puede mantenerse a flote. Los verdaderos ganadores de la revolución son los periódicos que ya existían en tiempos de Zine el-Abidine Ben Ali.

Son los viejos diarios los consolidados gracias a su solera: la publicidad pública y privada, lealtad de la audiencia, la distribución, las redes de influencia, la infraestructura… Los nuevos medios de comunicación carecen de recursos e influencia. El compromiso político de algunos de ellos no vale precisamente para atraer a los inversores.

Por si fuera poco, se cree que las nuevas autoridades han acabado con la Agencia Tunecina de Comunicación Exterior (ATCE), que tenían entre sus cometidos la distribución entre los periódicos del maná de la publicidad estatal. El sindicato nacional de periodistas de Túnez, así como el joven sindicato de la prensa independiente y de la prensa de partidos, han denunciado que las publicaciones de la era Ben Ali siguen teniendo enlaces directos con los ministerios y que continúan beneficiándose de la publicidad estatal. También podrían estar utilizando tácticas de presión indirecta, incluso a través de la distribución (redes y puntos de venta) para evitar el desarrollo de los nuevos medios de comunicación.

Televisión: una apertura débil

A diferencia de la radio, los nuevos canales de televisión tunecinos se asientan en la capital, lo que refuerza la concentración de los medios de comunicación en la ciudad de Túnez.

El 7 de septiembre de 2011, INRIC recomendó la concesión de cinco nuevas licencias de televisión. Todos los canales han llegado ya a un principio de acuerdo con el primer ministro, y a un compromiso por escrito de INRIC que estipula que los jefes de informativos de las nuevas televisiones recibirán el pliego de condiciones definitivo de la HAICA. De ellos, Al Hiwar Ettounsi TV y TWT ya han comenzado a emitirá través del satélite Nilesat, pero ninguna aparece en la red hertziana. Los nuevos televisores tendrán que esperar la llegada de la TDT, prevista para 2014 en Túnez, para cesar sus emisiones por satélite.

LA INDISPENSABLE REVALORIZACIÓN DE LA PROFESIÓN

Hace falta formación para paliar la falta de profesionalidad

A menudo poco formados y descubriendo el duro ejercicio de la crítica, algunos periodistas carecen de profesionalidad en su manera de acometer las noticias y tratar temas sensibles. Las demandas de formación son muy importantes.

Se han creado numerosos cursos por parte medios de comunicación e instituciones (BBC, Deutsche Welle, RFI, Delegación de la Unión Europea …). A pesar de que se trata de formación cualificada, estas acciones son iniciativas puntuales, cuando el problema de fondo es la falta educación universitaria de calidad.

El Instituto de Prensa y Ciencias de la Información (IPSI) es la única institución que ofrece formación superior en periodismo. Los programas de estudios deben ser revisados ​​para ofrecer al alumnado una preparación de excelencia, aumentando el nivel de formación y la imagen misma de la profesión, en gran parte contaminada por el compromiso con el poder de los medios de comunicación en la era de Ben Ali. Además, la competencia entre nuevas universidades públicas y privadas, capaces de formar a futuros profesionales de la información, sin duda, elevará el nivel de los estudiantes de periodismo.

Revalorización para asegurar la independencia de los periodistas

El régimen de Zine el-Abidine Ali Ben utilizó durante años el dinero como instrumento de presión contra la prensa. Fue él quien hizo de las precarias condiciones de vida de los periodistas un instrumento propio. De hecho, los bajos ingresos pusieron a algunos periodistas en situaciones de dependencia en relación con los empresarios,  de por sí complacientes con el régimen. Este sistema favorecía tanto el nepotismo como la corrupción y la autocensura.

Hoy en día, un periodista percibe de 250 (123€) a 1.200 dinares (611€) mensuales (con un sueldo medio de unos 500 dinares, unos 255€). Aunque existen convenios colectivos y  actividad sindical, continúan las dificultades financieras de los periodistas tras la revolución, sobre todo por la resistencia de los propietarios de los medios de comunicación, reacios al cambio. Es importante que los profesionales de la información tengan un nivel de vida decente, única garantía de una verdadera independencia de los periodistas frente a la corrupción.

Ética para blogueros

En paralelo con la mejora del oficio de periodista y la lucha contra el filtrado de Internet, es imprescindible sensibilizar a los internautas en cuestiones relacionadas con la deontología en la Red. Difamación, insultos y violaciones de la privacidad son algunos de los usos de redes sociales como Facebook (con 2,7 millones de usuarios), que siembran el descrédito de Internet.

Muchos periodistas e internautas carecen de sentido de responsabilidad al publicar informaciones sin tener en cuenta una de las reglas básicas de la ética periodística: contrastar la información. Por si fuera poco, los rumores se dispersan bien.

NUEVAS Y ESCURRIDIZAS «LÍNEAS ROJAS»

Las amenazas a la libertad de información han evolucionado desde la caída de Zine el-Abidine Ben Ali. Aunque las «líneas rojas» no son las mismas que antes del 14 de enero de 2011, ahora adoptan formas diversas, más difíciles de identificar.

Censura indirecta y autocensura

Los periodistas ya no se enfrentan a la censura directa y rigurosamente orquestada por el gobierno, pero su trabajo se ve obstaculizado por una serie de impedimentos cotidianos que constituyen actos de censura indirecta más difíciles de identificar y enumerar.

Uno de los principales problemas es el acceso de los periodistas a la información, a pesar de que el 26 de mayo de 2011 se aprobó una ley que garantiza el acceso a las fuentes. Muchos periodistas se quejan también de falta de debate en las redacciones y señalan que los editores de periódicos se han convertido en los nuevos censores de la prensa.

La presión de la ciudadanía, especialmente en provincias, y el miedo a ser juzgados por lo que dicen o publican, son otros obstáculos para la labor de los periodistas. Esta presión es especialmente fuerte en la cobertura de las protestas y las huelgas en las que se ven frecuentemente involucrados. La imparcialidad está en tela de juicio.

La religión, un asunto espinoso

Para una minoría de fundamentalistas, la libertad de expresión choca con el respeto a la religión. Desde el 14 de enero de 2011, muchos medios de comunicación han sido objeto de ataques. Los periodistas fueron víctimas de amenazas verbales o de agresiones físicas. La violencia es una amenaza seria a la libertad de expresión, y afecta a los periodistas interesados ​​en analizar el ámbito religioso y su impacto en la vida política y los medios de comunicación.

Después del estreno de la película de animación Persépolis, el 7 de octubre de 2011, el canal Nessma fue atacado y su director, Nabil Karoui, acusado sobre la base de los artículos 44 y 48 del viejo código de prensa, así como los artículos 226 y 226 bis del Código Penal, que castiga «los delitos contra el culto», «la ofensa pública al honor» y «los delitos contra las buenas costumbres y la moral pública». El juicio, que comenzó el 23 de enero 2012 en un clima muy tenso, y finalmente se aplazó al 19 de abril a petición de la fiscalía. Este asunto podría agravar un debate ya candente entre la libertad de expresión y de religión. En la causa se han visto implicados los periodistas que apoyaron al canal Nessma en la polémica surgida tras la proyección de la película.

Viejos vicios policiales

Los días 5 y 6 de mayo de 2011, tras las declaraciones del ex ministro del Interior, Farhat Rajhi, una ola de protestas sacudió al país. Los acontecimientos en Túnez habían sido reprimidos de forma vigorosa por las fuerzas de seguridad, que habían participado de forma voluntaria y agredido a profesionales de la información que cubrían las manifestaciones. Desde entonces, la violencia no ha cesado, como hemos visto en julio, y, recientemente, a principios de enero.

Estos actos de violencia por parte de la policía son una reminiscencia de la seguridad, ecos de la era Ali Ben, e ilustran las dificultades del Ministerio del Interior para reformar la policía.

A vueltas con el filtrado de Internet

El 15 de agosto de 2011, la Corte de Apelación de Túnez confirmó la decisión -del 27 de mayo de 2011- de un tribunal de primera instancia que prohibía el acceso a sitios web pornográficos. La Agencia Tunecina de Internet (ATI), único punto de entrada de Internet en Túnez, tenía que establecer un sistema de censura y filtrado. Dicha entidad, sin capacidad técnica ni económica para hacer cumplir el fallo, ha recurrido a un tribunal de casación. Una instancia superior decidirá en febrero si se vuelve o no al filtrado. De confirmarse la sentencia, la ATI se verá obligada a censurar cualquier contenido considerado contrario a la ley después de la presentación de una queja, relevando a las autoridades en la censura de la Red, aunque se supone que es independiente.

Es cierto que la regulación de Internet es fundamental, sin embargo debe hacerse según las normas internacionales y respetando la libertad de expresión online.

Reporteros sin Fronteras se opone a esta reinstauración de la censura y desea que las autoridades tunecinas favorezcan el desarrollo de herramientas de control parental. Mientras tanto, la sociedad civil y los blogueros deben movilizarse.