TURQUÍA | Los periodistas del diario Cumhuriyet se exponen a penas de hasta 43 años de cárcel
En virtud del auto de procesamiento emitido este martes 4 de abril de 2017, 19 periodistas y empleados del diario turco de oposición Cumhuriyet pueden ser condenados a penas de cárcel de entre siete y medio y 43 años de prisión. Reporteros Sin Fronteras denuncia lo que califica como «una absoluta vergüenza» para las autoridades turcas.
Ya se sabe de qué cargos que tendrán que responder en el juicio. El fiscal acusa a 19 periodistas y colaboradores del diario turco de oposición Cumhuriyet de «pertenencia» o «apoyo» al movimiento del predicador Gülen, señalado por las autoridades como responsable del intento de golpe de Estado del 15 de julio de 2016; al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), y al grupúsculo de extrema izquierda DHKP / C.
El escrito de la acusación imputa a Cumhuriyet un «cambio radical en la línea editorial» desde que Can Dündar llegara a la dirección, en febrero de 2015, con el fin de apoyar los objetivos de estas organizaciones ilegales.
Una línea editorial criminalizada
Diez de los periodistas acusados -entre ellos el célebre columnista Kadri Gürsel, el redactor jefe Murat Sabuncu y el caricaturista Musa Kart-, llevan cinco meses en detención provisional. El periodista de investigación Ahmet Şık se les unió tras los barrotes en diciembre. El ex director de Cumhuriyet, Can Dündar, ahora en el exilio; el director interino del periódico, Aydin Engin, y el corresponsal en Washington, Lhan Tanir, también están entre los acusados.
«Los cargos contra los empleados de Cumhuriyet y las duras condenas que se les piden son una absoluta vergüenza para las autoridades turcas», denuncia Christophe Deloire, secretario general de Reporteros Sin Fronteras. «El fiscal criminaliza abiertamente una línea editorial crítica con el presidente Erdoğan al asimilarlos a una forma de terrorismo. La única salida digna para la Justicia es el abandono de estos procedimientos injustos y la liberación de los periodistas encarcelados».
En los últimos años, Cumhuriyet multiplicó las revelaciones embarazosas para las autoridades, llegando a ser la punta de lanza de una prensa independiente bajo más presión que nunca. Can Dündar y el representante del periódico en Ankara, Erdem Gül, en particular, han sido condenados por desvelar los envíos de armas turcas a grupos islamistas sirios.
La detención preventiva durante meses, un castigo para los periodistas turcos
Once de los 19 acusados han esperado largos meses de prisión antes de saber de qué se les acusa. Sin noticias de la Corte Constitucional, a la que habían recurrido la legalidad de su detención, se dirigieron al Tribunal Europeo de Derechos Humanos este mes de marzo.
En los últimos meses, decenas de periodistas turcos han sido encarcelados en espera de juicio. El 31 de marzo, un tribunal de Estambul ordenó la libertad condicional de 21 de ellos, en prisión preventiva desde hacía entre siete y ocho meses y acusados de formar parte de los «brazos mediáticos» del movimiento Gülen. Pero la decisión fue cancelada a las pocas horas, cuando los familiares de los periodistas ya se habían reunido en la puerta de la prisión para recibirlos. Los tres jueces que ordenaron su liberación fueron suspendidos el 3 de abril.
«El envío sistemático de periodistas a prisión preventiva durante meses, sin ninguna explicación creíble, no tiene nada que ver con la justicia: es una forma de castigo político», denuncia el representante de Reporteros Sin Fronteras en Turquía, Erol Onderoglu. «Ya es hora de que Turquía abandone estas prácticas y regrese a los principios constitucionales que garantizan la libertad de expresión».
Turquía ocupa el 151, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2016 de Reporteros Sin Fronteras. La ya muy preocupante situación de los medios de comunicación se hizo crítica con el estado de emergencia proclamado tras la asonada del 15 de julio de 2016. Cerca de 150 medios fueron liquidados por decreto y hay más de un centenar de periodistas actualmente en prisión. Se cancelaron sin preámbulos al menos de 775 carnets de prensa y cientos de pasaportes de periodistas. La censura de Internet y las redes sociales alcanzó niveles inéditos. Las restricciones limitan seriamente el debate democrático a dos semanas de un referéndum decisivo para el futuro del país.
Más sobre la situación de la libertad de información en Turquía, en el Informe Anual de la organización.