YEMEN | ¿Quiénes son los cuatro periodistas yemeníes condenados a muerte por los hutíes?
Los cuatro periodistas a los que los hutíes condenaron a muerte en abril por el cargo de espionaje – Abdul Khaleq Amran, Akram Al-Walidi, Hareth Humaid y Tawfiq Al-Mansouri- siguen preguntándose si llegarán a ejecutarlos y cuándo. Reporteros Sin Fronteras (RSF) pide presión internacional para que los hutíes comprendan que se convertirán en una vergüenza mundial si no suspenden las sentencias.
Antes de ser secuestrados por los hutíes, en 2015, los cuatro periodistas desempeñaban funciones clave en una red de medios de comunicación con sede en Saná, así como en páginasde Facebook, Twitter, YouTube, Telegram y WhatsApp vinculadas a Al-Islah, la rama yemení de la Hermandad Musulmana y el partido dirigente en las regiones controladas por el gobierno de Yemen reconocido internacionalmente.
Abdul Khaleq Amran dirigía el digital Al-Islah Online y Yemen Revolution Press, una agencia de noticias creada en 2011 a partir de varios medios de comunicación. Su equipo cubrió la guerra civil yemení, documentó crímenes cometidos por los hutíes y entrevistó a los opositores de los mismos.
Akram Al-Walidi supervisaba al personal del diario digital Alrabie-ye.net y la agencia gubernamental de noticias SABA. Recopilaba información sobre los avances del conflicto del lado de Al-Islah, basándose en fuentes fiables y con la ayuda de una red de altos funcionarios políticos y administrativos con sede en Marib, que se estableció como la nueva capital después de que los rebeldes hutíes se apoderaran de Saná.
Hareth Humaid, jefe de noticias de Yemen Revolution Press, cubría las violaciones de los derechos humanos de los hutíes, incluidos los secuestros y bombardeos de civiles. También puso en marcha un boletín de noticias diario con las últimas violaciones. Su última edición fue la número 54.
Tawfiq Al-Mansouri trabajaba para el diario Al-Masdar hasta que dejó de publicarse cuando la coalición árabe intervino, en 2015. Más tarde, se unió a Yemen Revolution Press y trabajó en la maquetación y diseño gráfico. Además, ayudó a dar forma a los diversos medios de comunicación vinculados a la agencia.
Después de que los secuestraran, en 2015, los cuatro periodistas fueron trasladados en secreto de una prisión a otra en Saná y sometidos a interrogatorios violentos. Las torturas y continuas agresiones dejaron graves secuelas físicas y psicológicas en a los cuatro periodistas, según la Asociación de Madres de Secuestrados. Amran tiene una vértebra desplazada; Humaid ha sufrido pérdida de visión y tiene migrañas constantes, mientras que Walidi padece problemas digestivos crónicos.
«Cada año, el mundo da un paso más hacia la abolición universal de la pena de muerte, pero estos cuatro experimentados periodistas se enfrentan a la peor de las condenas solo por hacer su trabajo», lamenta el secretario general de RSF, Christophe Deloire.
“Se necesitan esfuerzos urgentes para poner fin a su horrible situación y volver a los principios humanitarios en un país donde los periodistas ya han pagado un precio muy alto en la guerra. Los hutíes deben revocar esta decisión o enfrentarse a la vergüenza internacional. Pedimos a todos aquellos que puedan tener alguna influencia, directa o indirecta, en los hutíes, que la utilicen para ayudar a acabar con esta locura».
Abdul Khaleq Amran, Akram Al-Walidi, Hareth Humaid y Tawfiq Al-Mansouri se encontraban entre los diez periodistas que los hutíes secuestraron en Saná en 2015 con el argumento absurdo de que potencialmente podrían proporcionar a la coalición árabe información para usar en sus ataques aéreos. Acusados de «colaborar con el enemigo», fueron juzgados por un Tribunal Penal Especial Hutí que no ha sido reconocido por la comunidad internacional.
En su último Balance Anual, RSF informó que un total de 15 periodistas estaban retenidos como rehenes en Yemen, la mayoría de ellos por los hutíes. Los demás están cautivos en provincias controladas por el llamado «gobierno legítimo» (como Muhammad Ali Al-Moqri ) en áreas controladas por separatistas (como Saleh Musawa , que ha sido liberado).
Tal y como RSF también informó en el Balance Anual de 2019, las condiciones en Yemen son a día de hoy tan malas que muchos periodistas han abandonado el periodismo y se han dedicado a otro tipo de trabajos.
Yemen ocupa el puesto 167, de 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2020 recientemente publicada por RSF. Ver también el Informe Anual de la organización.