Detenido desde el 30 de septiembre de 2011, en el Centro Alternativo de Procesamiento Penal de La Habana, el corresponsal del centro de información Hablemos Press, Calixto Ramón Martínez Arias, espera que lo deporten a Camagüey, su ciudad de origen.
Arrestado el 23 de abril, el 25 de mayo y el 2 de junio pasados, Calixto Ramón Martínez padece su novena expulsión de la capital en menos de dos años, la cual tiene lugar en un nuevo contexto de represión creciente contra la sociedad civil y las organizaciones disidentes. Hablemos Press ha registrado más de 2.500 arrestos por razones políticas, acompañados de detenciones cortas y medidas de alejamiento forzado; 486 de estos hechos tan sólo en el mes de septiembre. La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) estima que ascienden a 563 los casos en este periodo. La prensa extranjera también ha sido blanco de la censura, como lo demuestra el hecho de que recientemente le quitaron la acreditación de prensa a Mauricio Vicent, corresponsal en La Habana del diario español El País.
“Alimentábamos esperanzas después de la puesta en libertad de los últimos periodistas que se encontraban encarcelados tras la Primavera Negra de marzo de 2003 y del desbloqueo de algunos sitios web y blogs hasta ahora censurados. Dando estas muestras de apertura, las autoridades cubanas debían esperar una mayor movilización a favor de las libertades públicas, entre ellas la del derecho de informar y de circular libremente. La represión padecida de nuevo pone de manifiesto la negativa de las autoridades frente a una demanda social que tomará, lo quiera el poder o no, mayor amplitud. El caso de Calixto Ramón Martínez es símbolo de este absurdo: expulsarlo por novena vez de La Habana, donde reside y a donde regresará de todas maneras, no tiene ningún sentido”, declara Reporteros Sin Fronteras.
“La aceptación del pluralismo, la autorización de una prensa que funcione sin el control del Estado, el fin de la represión por los delitos de opinión, y el acceso de todos los cubanos a un Internet sin filtros, son algunos de los tantos retos que aún se deben superar para hablar de una apertura real. Esta apertura también pasa por la ratificación de los dos pactos de la ONU sobre los derechos civiles y políticos que firmaron las autoridades en 2008”, añade la organización.
En varias ocasiones Reporteros Sin Fronteras ha hecho un llamamiento para que se levante el embargo de Estados Unidos que aísla injustamente a Cuba y su población desde 1962, así como para una posible reevaluación de la posición común de la Unión Europea sobre el respeto de los derechos humanos en la isla. Sostenemos que estos aspectos deben ser contemplados en nombre de la apertura deseada. No obstante, deploramos que la comunidad internacional, en particular los Estados de América Latina, no alcen más la voz a favor de las libertades en Cuba y no se atrevan a recordar a las autoridades de La Habana sus obligaciones.
