IRÁN | Los periodistas encarcelados están en riesgo por la expansión del coronavirus dentro de las prisiones
Reporteros Sin Fronteras (RSF) expresa su enorme preocupación por los periodistas encarcelados en Irán, a quienes, en el mejor de los casos, se les niega la atención médica adecuada y que ahora corren el riesgo de morir por el coronavirus que se está propagando en las cárceles del país.
Después de China, Irán es uno de los países con mayor número de muertos por la epidemia del coronavirus. Según las últimas cifras oficiales, el virus ha matado al menos a 92 personas en el país e infectado a 2.922.
No hay cifras oficiales sobre la expansión del coronavirus en las cárceles de Irán, pero las familias de los detenidos afirman que hay muchos casos. Igual que hace China, la República Islámica oculta información tanto sobre la propagación del virus como sobre el maltrato a los presos políticos.
Cuando la propagación del virus comenzaba a asumir proporciones alarmantes en Irán el 26 de febrero, el jefe de la autoridad judicial, Ebrahim Raissi, ordenó reducir al mínimo los nuevos arrestos para evitar aumentar la población carcelaria. También dio el visto bueno para que aumentara el número de concesiones de libertad condicional.
Sin embargo, la posibilidad de libertad temporal bajo esta medida especial se deniega a aquellos que cumplen condenas de más de cinco años por «actuar contra la seguridad nacional». Este es el caso de la mayoría de los periodistas actualmente detenidos, que, por lo tanto, continuarán presos mientras el coronavirus afecta a la población carcelaria.
Las familias de algunos presos políticos han publicado una carta abierta pidiendo a las autoridades que los liberen o, al menos, que les otorguen un permiso provisional hasta que termine la epidemia.
La periodista Hengameh Shahidi, que ha estado encarcelada durante los últimos dos años y cumple una condena de doce, puede estar infectada. Su abogado dice que la han transferido a la enfermería de la prisión Evin de Teherán.
Faeze Abdipour, esposa de Mohammahd Sharrifi Moghadam -uno de los miembros presos de la redacción de Majzooban Noor, web informativa de la comunidad sufí-, ha expresado su preocupación por su marido en Twitter. “Mohammad ha sido sentenciado a siete años de prisión y, según la ley, debe cumplir cinco. Pero, después de estar detenido durante 743 días, no se le ha concedido ni un solo día del permiso estipulado por la ley «. Otros seis miembros de la plantilla editorial de Majzooban Noor se encuentran en la misma situación.
En lugar de ponerlos en libertad, a algunos periodistas los han sometido a una mayor persecución judicial. La periodista y defensora de los derechos humanos Narges Mohammadi fue transferida arbitrariamente de la prisión de Teherán a una prisión en la ciudad norteña de Zanjan, donde debe comparecer frente a un tribunal local acusada de «conspiración contra la seguridad nacional» por escribir cartas que condenan la sangrienta represión de las protestas en noviembre del 2019. El director de la prisión también presentó una denuncia acusándola de difamación y de provocar disturbios dentro de la prisión. Mohammadi está apadrinada por periodistas españoles en el marco de la campaña de apoyo a encarcelados de RSF España.
«Estamos extremadamente preocupados por la salud de estos presos, que deberían ser liberados o al menos recibir la libertad provisional mientras dure la epidemia», solicita Reza Moini, jefe del departamento de Irán y Afganistán de RSF. «Según el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del que Irán forma parte, negar la atención médica constituye una violación de la prohibición de la tortura y los tratos crueles, inhumanos o degradantes».
Irán ocupa el puesto 170 180 países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2019 de RSF. Ver también el Informe Anual de la Información.